Debo confesarme: después de tantas dificultades con la lactancia materna, realmente llegué a disfrutarla. Y antes de que mi beba cumpla los dos meses de edad eliminamos por completo la fórmula, logrando la lactancia exclusiva y dejando caduca la frase "alimentación mixta" que los médicos habían escrito en su libretita.
Quizás por habernos costado tanto lograrlo, es que me saltaron unas lágrimas al acercarse el momento de incorporar la alimentación complementaria, me dolió perder esa "exclusividad" de la lactancia.
Evidentemente me había imaginado un cambio bastante intenso... en mi ignorancia había imaginado que el día que ella cumpliera los 6 meses yo le iba a acercar su cuchara de papilla, ella la iba a comer sin problemas y de repente la lactancia iba a ser algo esporádico. Si, ya se, ahora parece ridículo.
En fin, cumplimos con la visita al pediatra, que nos dió instrucciones de incorporar frutas en el desayuno: manzanas, bananas y peras en papilla. Al día siguiente, cumpliendo al pie de la letra sus instrucciones la senté en su silla con un babero que la cubría por completo, preparé el plato de papilla y la cuchara rosa, me senté al frente y le ofrecí una cucharada gigante cargada con puré de manzana. Ella me miró con cara de "no entiendo nada", yo sonreí y de repente ella empezó a llorar como si alguien la hubiese maltratado. La manzana? me la comí yo.
Tres o cuatro días después ella ya no lloraba cuando intentaba darle de comer, pero la cara de no entender nada seguía ahí, ahora acompañada con el gesto de cerrar la boca apretando los labios y girar la cabeza.
Por supuesto me preocupé, pensaba que de repente las necesidades alimentarias de mi hija no estaban cubiertas, que no iba a subir de peso, que iba a tener dificultades en su crecimiento, que tenía que hacer algo para que coma, pero qué?!?!?
En fin, cuando cedió el pánico encendí la computadora y busqué en Internet (mi gran amigo) alguna información sobre por que mi bebé no quiere comer. Y me encontré con este doctor Carlos González, autor de "Mi niño no me come", que en una conferencia dice lo siguiente: "...es curioso como tantos niños que se lo llevan todo a la boca... menos la comida, al ver la cuchara se ponen a llorar... El objetivo cuando le das la comida a los niños no es nutricional, es educacional: le damos otros alimentos porque tienen que ir aprendiendo a comer normal... Simplemente tienes que dejarle la comida a su alcance... el niño está en tu regazo, tu estás comiendo, las cosas que no puede comer por su edad las pones lejos, las cosas que por su edad sí puede comer se las pones más cerca y tarde o temprano él agarrará algo y se lo llevará a la boca..."
Después de ver el vídeo y escuchar sus palabras me dije "manos a la obra". Al día siguiente, aprovechando el calor, senté a mi beba en upa, usando solo un pañal para evitar daños irreversibles en su ropa, nos ubicamos frente a la mesa, donde estaba el plato plástico lleno de puré de manzana y que sea lo que Dios quiera. Lo que sucedió a continuación fue muy productivo pero muy difícil de limpiar! Manzana en la mesa, en el piso, en su cara, en sus manos y en toda mi ropa. Ella efectivamente tomó la cuchara y se la pasó por toda la cabeza, me la ofreció sobre mi frente y en algún momento llegó a comer un poco con la cuchara. También usó sus manos para tocar el plato y comió la manzana directamente de sus dedos.
Durante una semana se repitió la escena más o menos de la misma forma. Algunas veces la guiaba para que aprenda a comer y ella disfrutaba conociendo esas nuevas texturas y sensaciones.
Será el mejor método? quien sabe! a mi me sirvió y realmente la pasamos bien. Desde aquél momento mi hija come todas sus comidas, a veces más, a veces menos, pero en general tiene buen apetito y disfruta de comer. Y lo más importante es que nunca volvió a llorar al ver una cuchara!
Si quieres más info te invito a ver la Conferencia sobre Alimentación Infantil libre de papillas: Carlos González.
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