Nuestra experiencia
Desde que mi hija era recién nacida, y a pesar del famoso "no la tengas en brazos que se malcría", siempre sentí la necesidad de tenerla en brazos, y mucho más cuando ella me lo pedía. Algo dentro de mí (el famoso instinto) me decía que era lo que debía hacer.
No lo voy a negar, fueron tiempos difíciles, muchas veces ella me reclamaba tanta upa que me era imposible hacer cualquier otra cosa, y para complicarlo aún más, solo quería estar en mis brazos y en los de nadie más.
Con el correr de los meses ella empezó a querer hacer otras cosas además de estar en brazos. Y fue verdaderamente maravilloso ver como era ella misma la que me pedía "independizarse". Hacía cosas como por ejemplo mirar dibujitos sentada en el coche, comer sentada en su sillita, romper revistas, jugar en el piso, sobre una manta, gatear, jugar en el corralito. Cada aprendizaje para ella era un desafío y yo veía (sigo viendo en realidad) como se llena de euforia y se concentra para continuar en su actividad hasta que la domina. Pero era ella quien me demandaba su espacio. Si en cambio yo pretendía dejarla en su coche u otro lugar (entiéndase: dejarla sin los brazos de su mamá) para hacer algo, se negaba, lloraba y pedía upa.
También fue reclamando a su papá ("papá" fue incluso su primer palabra), jugar con él, "hablar"con él, que él le de la comida... y luego comenzó a interactuar también con su hermano, a aceptar estar en sus brazos, divertirse con sus ocurrencias y juegos.
De a poco María Victoria me fue enseñando que era yo quien debía adaptarse a ella, y no a la inversa. Y yo, con mucho amor y paciencia, dándole upa cada vez que ella lo necesitaba, fui enseñándole que siempre que la dejo, es solo por un momento, que no me voy para siempre, que puede estar tranquila porque su mamá siempre va a estar ahí. Pero por supuesto que un bebé no lo aprende porque se lo digamos, es todo un proceso en el que lo va descubriendo de a poco, día a día, con infinita paciencia y dejando de lado todas nuestras urgencias personales. Cuesta mucho, pero vale la pena.
Nuestro diario acontecer tiene sus momentos, momentos de puras risas, de juegos, de comidas, de siestas, de estar cada una concentrada en sus propias cosas, de enojos, de llantos. Y para ser sincera ya nuestra vida juntas es bastante más relajada que antes. Si bien una mamá de una nena de un año debe estar muy pendiente de la seguridad, de evitar golpes y caídas y que se lleve cosas peligrosas a la boca, porque está en plena etapa de exploración, los llantos son menos frecuentes, hay mucha más interacción y risas entre nosotras.
Pero me llamó mucho la atención advertir que cuando estamos con otras personas que no seamos su mamá, su papá o su hermano, ella pide más upa que lo normal, sobre todo en un primer momento, pero solo de su mamá y si alguien que no sea yo quiere llevarla en brazos, se niega rotundamente y se aferra a mí con una fuerza increíble.
Esto que describo en el párrafo anterior es lo que se conoce como "ansiedad por la separación" y a lo que la mayoría de las personas denominan "mamitis"o "malcreaditis". En un primer momento estos rótulos me hacían sentir verdaderamente mal, tan mal que me llevaron a investigar y leer mucho, porque por supuesto se trata de mi hija y de la forma que estoy eligiendo para criarla, y no quería cometer errores que pudieran complicarle su vida. Les cuento algo de lo que encontré:
Desorden de ansiedad por la separación
Qué es:
El desorden de ansiedad por la separación no es más que una etapa, que se acentúa entre los 8 y los 14 meses de vida del bebé, cuando ya tiene establecido el vínculo con su mamá o principal cuidador.
Qué lo causa:
Luego de los 8 meses de edad el bebé puede diferenciar lo que es familiar de lo que no lo es, y solo lo familiar le da la sensación de seguridad que necesita. Cualquier cosa, situación o persona que salga de lo común le produce temor y busca entonces el cobijo y la contención de quien sabe que es seguro para él, casi siempre su mamá. También puede producirse cuando el bebé se enfrenta a situaciones que le provocan sufrimiento, como una enfermedad, una hospitalización. Luego de estas situaciones el bebé suele requerir más presencia materna, y esto es lo que lleva frecuentemente a creer que el bebé "se malcrió"cuando estaba enfermo. Pero lo que en realidad pasa es que el niño necesita recuperar su sensación de seguridad, y para eso requiere más atención y cariño que antes, hasta que recupere esa sensación.
Si te interesa obtener más información puedes consultar este artículo de Medline Plus.
Por qué no se manifiesta igual en todos los bebés?
El famoso pediatra Carlos Gonzalez establece que la respuesta a la separación depende de diferentes factores:
- La edad del niño: toleran menos la separación los niños menores de 3 años.
- La duración de la separación: mientras más prolongada la separación, más grave la reacción del niño, pudiendo incluso provocar trastornos mentales en casos de ausencias de varios días y hospitalizaciones sin presencia de los padres.
- Frecuencia de las separaciones.
- Persona que sustituye a la madre: el niño soporta mejor un par de horas de ausencia materna cuando quien queda con él es alguien que conoce bien, como papá o su abuela.
- La calidad de la relación previa con la madre: los menores de 3 años que mejor relación tienen con su mamá son quienes más parecen sufrir con la separación, mientras que los niños más desatendidos son los que menos reaccionan cuando su mamá se va, porque no pueden percibir la diferencia entre su presencia y su ausencia. Pasando los 3 años es cuando se ven los frutos, son los niños que mejor relación tenían con su madre los que mejor se adaptan a la separación porque han adquirido confianza en sí mismos y la seguridad de que su mamá volverá.
Y en base a todo esto yo intenté imaginar cómo me sentiría si fuera, por ejemplo, con alguien muy querido como mi esposo a una fiesta en la que todos son conocidos de él, pero yo no conociera a nadie, y él de repente y sin previo aviso me dejara sola en medio de todas esas personas. Por supuesto que como adulta tendría muchos más recursos que un bebé para socializar, hablar con las personas y tener conversaciones coherentes, pero realmente... no me sentiría ansiosa? sentiría acaso la misma sensación de comodidad que si mi esposo estuviera conmigo?
Creo que siempre es bueno buscar información que nos respalde en la forma en que criamos a nuestros hijos, pero si somos fieles a nuestro instinto y atentas a sus necesidades, el camino a seguir es más sencillo de lo que parece.
Qué te pareció este post? Viviste la ansiedad por la separación con tus hijos? Cómo lo afrontaron?
Mony que hermoso tu espacio y tus palabras me siento tan identificada con vos, sobre todo, (y vos sabes ) de la lucha y esa gran necesidad de ser madres, la ansiedad y la espera con un amor desbordante, el sentir felicidad absoluta por convertirme en mama y transitar la vida en funcion de ese hijo que amo con mi vida y es lo que me hace mas feliz, y lo que me impulsa a todo y me refiero con todo a trabajar sin descanso, retomar los estudios en las horas que puedo ( con muchisimo esfuerzo) pero volver feliz a mi casa sabiendo que me espera esa personita para jugar y compartir esos momentos que son inborrables para una madre y que disfruto tanto. pero debo reconocer que por el tiempo que estoy afuera, lo compenzo malcriandolo y a pesar de tener 1 año y 6 meses estamos en una etapa de amor que quiere dormir abrazado a mi, y la verdad yo por mas que no descance bien, y despues no pueda moverme, disfruto esos abrazos muchas noches , te mando un beso grande y esta muy linda tu pagina
ResponderBorrarHola Ceciiiiiiii! me alegra muchísimo que estés disfrutando de esta etapa tan hermosa! aunque no nos vemos hace mucho tenemos (con mi mami) un gran cariño por vos. te mando un beso grande! gracias por leerme y por comentar! Este espacio tambien es tuyo asi que tienes las puertas abiertas para aportarnos tus experiencias!!
ResponderBorrargracias moni yo tambien las quiero mucho la pagina esta hermosa un beso grande
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