26 noviembre, 2014

"¿¡Todavía Toma Teta!?"... La Respuesta del Papá


Una voz del otro lado del teléfono le preguntaba "¡¿Todavía toma teta?!". Era una voz familiar, por supuesto, querida y con derecho y libertad para hablar del tema. Pero eso no nos exime de las incomodidades y las molestias que nos genera tener que explicar nuestra postura, justificar nuestra decisión y repeler los cuestionamientos. 

Nótese que digo "no NOS exime" y "las molestia que NOS genera", porque después de esa conversación telefónica que tuve el placer de escuchar parcialmente, ahora más que nunca puedo vernos como un equipo. 

Siempre lo tuve de mi lado... al padre de mi Victoria, mi compañero y esposo. Jamás se opuso y siempre respaldó mis decisiones. Pero la verdad es que no sabía, hasta hace unos días, si su actitud era la de un buen compañero (y nada más) o la de alguien que había analizado la situación y había asumido él mismo una postura consciente. Y es que para ser sincera, debo reconocer que estos temas de crianza, colecho, lactancia y demás siempre los decidí yo, investigué y analicé yo. Es como si él se hubiera limitado a confiar en mí y a apoyarme... hasta hace unos días, cuando supe la verdadera verdad. 

"Sí" respondió él, sin alterarse y con una pequeña sonrisa en el rostro. 

"Y... la verdad que no sabemos si alimenta o no, pero es increíble la contención que le da. Cuando se le pone una vacuna, cuando se golpea, cuando tiene sueño, cuando está incómoda en una situación con desconocidos... Nada puede hacer lo que hace la teta. No importa lo que le pase, la teta soluciona todo. Leche tiene, eso estoy seguro. Y como te digo, no se si la alimenta, no se los componentes que tiene esa leche, pero que le hace bien, le hace bien. Y no veo cómo pueda hacerle mal." 

Todo eso lo siguió diciendo con la mayor tranquilidad y seguridad, sin rebuscar argumentos en su mente, limitándose a describir nuestras cosas cotidianas. 

Y a mí se me llenó el pecho de orgullo. Porque las pocas palabras que él dijo representaban a un papá que apoya, contiene y cumple su función en la dinámica familiar para que la mamá pueda cumplir la suya. 


23 noviembre, 2014

150 Palabras: El Adiós (Lunar, Lamento, Presencia)


Julia pensaba mientras acariciaba el lunar que estaba justo en medio de la palma de su mano, como si los movimientos circulares que hacía con su dedo sobre él la llevaran a un estado de trance.

Esta noche en particular tenía un amargo sabor a lamento. Sentía haber perdido todo. Él se había ido, esta vez para siempre. La discusión había durado poco, pero había dejado huellas demasiado profundas. Los silencios habían hablado, las miradas… esas miradas que dicen todo lo que uno calla desde siempre.

Lo había dejado partir y se había quedado luego sentada en los escalones de la entrada: “Ojalá hubiese tragado mi orgullo y hubiera soltado ese “te amo” y ese abrazo que intentaba aflorar de mí. Ojalá el deseo de tener siempre la razón no hubiera sido tan grande. De ese modo él hoy será más que el recuerdo de una presencia en mi vida.”

21 noviembre, 2014

Juegos Educativos Para Niños

 Campaña de Wikiduca

Wikiduca se caracteriza por sus juegos educativos para niños, trabajando con niños, padres y maestros para la creación de los mejores y más entretenidos juegos educativos. 

Uno de los juegos más destacados y famosos de Wikiduca es su juego para aprender inglés, que se usa en más de diez países tanto dentro como fuera de las escuelas. 

Actualmente se encuentra lanzando un juego educativo de cartas para niños de seis a doce años que permite a nuestros hijos divertirse mientras potencian su memoria funcional y aumentar su capacidad intelectual en todas sus áreas cognitivas, al ejercitar la memoria... ¡igual que un músculo! mientras no dejan de jugar. 
Wikiduca - Juego de Cartas 

El nuevo juego de cartas de Wikiduca presenta promueve el desarrollo de: 
  • la lógica y el pensamiento estratégico
  • las habilidades sociales
  • la gestión de recursos
  • la negociación y la resolución de conflictos
  • los valores de esfuerzo y realización personal
¿Acaso no suena ideal? Con algo tan sencillo como un juego de cartas, podemos promover el desarrollo de la inteligencia y la memoria funcional de nuestros hijos. 

Pero para lograr lanzar este producto en forma masiva, Wikiduca precisa de la colaboración de todos nosotros, madres y padres conscientes como vos y como yo, realmente interesados en hacer llegar a nuestros hijos los recursos necesarios para su desarrollo. 

¿Cómo puedes colaborar? Muy simple: haciendo clic en QUIERO COLABORAR, en donde tendrás diversas opciones de pequeños montos que podrás aportar para ayudar a que Wikiduca cumpla con el objetivo requerido para lograr que grandes editoriales apoyen su campaña y le permitan llegar a un público masivo. 

A cambio de tu colaboración podrás elegir alguna de las recompensas que tiene preparadas Wikiduca, como por ejemplo juegos de cartas, fototazas, rompecabezas, tablets, etc. 

En este LINK podrás conocer más información sobre la campaña, los aportes que puedes hacer y las recompensas que puedes solicitar. 

Wikiduca - Recompensas
Necesitamos que nuestros hijos tengan acceso a juegos que contribuyan al desarrollo de su inteligencia. 

Compartir esta publicación es otra forma de colaborar, ¡para que Wikiduca llegue a muchos padres y madres más! 

14 noviembre, 2014

El Hijo - Pablo Neruda

Leí este poema de Pablo Neruda y me encantó el modo en que describe la llegada al mundo de un hijo, el punto de convergencia, la sabiduría de la tierra, el encuentro de las almas, el viaje del espíritu, la magia del amor, la esperanza, el milagro. 

Me gustó tanto que lo quise compartir con ustedes. 

padre e hijo - Belen Sambucety

El Hijo - Pablo Neruda

Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?

De un lago con gaviotas
blancas y hambrientas.

Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos
una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo,
quemándonos la vida.

Así llegaste al mundo.

Pero ella para verme
y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.

De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra,
del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos,
desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.

Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje,
en la más alta rama
que contigo alcanzamos.

Pablo Neruda - Los Versos del Capitán

12 noviembre, 2014

Miércoles Mudo #13: Selfie


Te amo tanto que mi corazón siente explotar. ¡Esta angustia de la felicidad es tan intensa que casi no puedo comprenderla!

10 noviembre, 2014

El Derecho a Ser Abuelas

Se casó hace unos cuarenta, cuarenta y cinco años, en sus tiernos veintes. Aun con su inocencia y su poco andar por el mundo sabía lo que le esperaba en el matrimonio y lo que se esperaba de ella. Sin chistar y sin preguntarse "¿Por qué yo?" se dedicó por completo a convertir su casa en un hogar: lavar, planchar, cocinar, limpiar, coser, tejer...

Como era querido y requerido, pronto vinieron los hijos, a quienes atendió con esmero en la época de los pañales de tela y los lavados a mano, la cocina elaborada y la mesa bien tendida, la ropa planchada y las familias numerosas. 

En su curriculum hay infinitas noches de trapos fríos para bajar la fiebre, idas y vueltas a la escuela, reuniones de padres, catecismos, cuadernos de deberes, comidas en horario, compras, zurcidos y mil tareas. 

Como ella "no trabajaba" (o mejor decir: como su trabajo no se pagaba), el hogar contaba con el único ingreso del marido, así que generalmente no sobraba para lujos y la que menos gozaba de privilegios era ella que, en definitiva, pasaba más tiempo dentro que fuera de la casa y no necesitaba tanto esos zapatos nuevos como los chicos, que tenían que ir a la escuela, o como el esposo, que tenía que salir a trabajar día tras día. 

Sus jornadas empezaban bien temprano, ocupándose de hacer más fácil y cómoda la vida de todos en el hogar: preparar desayunos, atuendos y viandas para que todos comenzaran su día y sus tareas sin demora. Cuando todos despertaban ya había olor a tostadas y café en la cocina. Su descanso era también el que más tardaba en llegar: por las noches todos se sentaban a la mesa a esperar su comida y se iban, luego de comer, a darse un baño, leer el diario o dormir, mientras ella terminaba de lavar los platos y preparar la ropa que todos usarían la mañana siguiente. 

Así lo hizo, como así lo había hecho también su madre. 

Pero ella crió y educó a sus hijos para que estudiaran, tuvieran un trabajo, fueran independientes. A sus hijas, sobre todo, les enseñó a valerse por sí mismas, a no depender de un hombre, a ser dueñas de elegir, de trabajar, para que no tuvieran que vivir la vida igual que ella. 

Pasó el tiempo, la vida, los años. Ya sus hijos crecieron y llegó su momento de descansar. Sin embargo algo pasó en ese cambio de siglo, algo que no esperaba o que no imaginó que pasaría cuando aconsejaba a sus hijas la independencia. Porque ni ella ni sus hijas se preguntaron al aconsejar y acoger el trabajo, quién se haría cargo de cuidar a los chicos. 



Y cuando esperaba ser la abuela sentada en la galería, con galletas y caramelos en el aparador, esperando la visita de los nietos, se encontró con un cargamento de nietos que son depositados día tras día en su casa para que se encargue de ellos, otra vez, de hacer desayunos, almuerzos y cenas, de lavar y planchar, de llevarlos y buscarlos de la escuela. Y esta mujer, que esperaba ser abuela, de esas abuelas de antes, las que contaban cuentos y horneaban bizcochuelos, se vio en la obligación de criar y se perdió el derecho de malcriar y ser abuela. 

No todas las mujeres fuimos protagonistas de la famosa liberación femenina, a algunas les tocó ser víctimas. Y me pregunto... si hoy las mamás trabajamos y las abuelas crían... ¿quién cumple la función de la abuela? porque no solo les estamos negando el derecho a las abuelas de ser abuelas, sino el derecho de nuestros hijos de disfrutar de esas hermosas abuelas que nosotras tuvimos. Pero qué se yo... solamente pienso y pregunto. 

05 noviembre, 2014

El Protagonista

Cuentos Para No Dormir

Nunca se había preguntado por qué, simplemente lo hacía. No era una obligación, pero tampoco una decisión, solo parecía ser el curso normal de la vida... o la vida misma. 

Cada mañana al despertar se dirigía al teatro, sin saber siquiera cuál sería su papel, como tampoco lo sabía nadie. 

Le había tocado jugar de espectador, se había ubicado, según la obra, en todas las filas de butacas. Había visto obras desde la primera fila y otras desde tan lejos que apenas podía divisar los rostros de los actores. También había sido telonero, iluminador, musicalizador y escenógrafo. Alguna que otra vez le habían adjudicado la tarea de limpiar el teatro, ya vacío. En otras oportunidades jugó de crítico o de periodista que cubría el evento. 

No faltaron situaciones en las que le dieron un papel sobre el escenario, algunos diálogos cortos, gestos o incluso presencia muda y casi invisible. Se había sorprendido algunas veces al tener que formar parte de un elenco en una obra en que los protagonistas eran personas muy cercanas y queridas. 

Esa mañana en particular se levantó, como todos los días, y se dirigió al teatro, sin saber (como nunca sabía) en qué lugar terminaría por ubicarse. Cuando lo vieron llegar todos los que ya estaban, lo miraron y prestaron especial atención, mostrándose extrañamente expectantes. Todos comenzaron a moverse hacia los costados, dejando libre el camino rojo que lo guiaba directamente hacia el escenario. 

Ansioso y dubitativo, con paso lento pero firme, fue haciendo desaparecer, uno a uno, los metros que lo separaban de la gran tarima, caminando entre los rostros invisibles de quienes hoy serían espectadores. Subió la corta escalera y, ya en la altura, se encontró con "ella", detrás del telón aun cerrado... ella, que hoy sería quien le pase letra y le de tranquilidad contra los nervios, el temor y el olvido, que hoy sería la expresión amorosa y el gesto contenedor en medio del vacío. 

Espió entre las cortinas y vio ubicados, en la primera fila, a los miembros de su familia y a sus amigos más íntimos. Ya no quedaban dudas: hoy sería él, el protagonista. Pensó, dudó, temió, pero por fin se armó de fuerzas y valentía, alzó su frente y se entregó por completo a la obra, a la historia de su vida. Las luces casi lo enceguecían, ocultaban al público que solo dejaba entrever suspiros, leves murmullos y algunas sombras que se movían. 

La ceguera exterior lo llevó a adentrarse más en su papel, lo encarnó perfectamente, vibró con él. Y luego de recorrer las tablas con su actuación, cayó el telón... y llovieron lágrimas, aplausos y sonrisas. 

Se encendieron las luces e iluminaron al público, que aplaudía de pie. Con los ojos mojados y el pecho hinchado de emoción divisó un cartel: "¡Felicidades Profesor!". La meta estaba cumplida. 

Hay veces en la vida en que nos toca ser protagonistas, contar una historia, cumplir un sueño, una meta. En esos momentos podemos mirar con satisfacción a quienes nos acompañaron en ese momento y a lo largo de todo el camino. Este cuento se lo dedico a una persona que quiero mucho y que lleva muchos años en mi familia, una persona que el viernes pasado fue protagonista, cumplió su meta y su sueño de alcanzar el título por el que tanto había trabajado. 


¡Felicidades Jail! ¡Que este sea el primero de muchos éxitos más!

Miércoles Mudo #12/ Abrazos


Ni en mis sueños más hermosos me atreví a creer que un amor tan bello era capaz de existir. Gracias por tus abrazos que me llenan el alma. 

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