La semana pasada les contaba mi decisión de ser vegetariana y cómo llegué a ella, como así también las primeras reacciones familiares ante mi nuevo estilo de vida y de alimentación. Hoy quiero contarles cómo afronté esa primer semana de cambios en mi vida y las dificultades con las que me encontré en el camino, desde ese 18 de Junio, día en el que decidí convertirme en vegetariana.
Primeros Obstáculos:
1.- Preguntas y cuestionamientos familiares: sinceramente, no fueron tantos. En líneas generales tanto mi familia como la familia de Dante me apoyó o al menos no cuestionó demasiado mi decisión. Sí me encontré con preguntas como por qué lo hacía, desde cuándo, si no deseaba comer carne, si voy a seguir comiendo o no huevo, si voy a seguir cocinando carne a pesar de no comerla. También me encontré con una recomendación: que investigue bien sobre las formas de suplir las proteínas animales en mi dieta, porque no sería lógico descuidar la salud e ir en contra de mi naturaleza omnívora por motivos meramente morales. Y con una crítica por falta de fe: que cuando se me pase el "vegetarianismo" me iba a costar mucho volver a incorporar la carne en mi dieta, que me resultaría más difícil digerirla y todo eso. Perdón por estas referencias, espero que todos los que me rodean y con los que tengo estas conversaciones cotidianamente no se sientan traicionados por contar estas cosas por aquí, no es mi intención incomodarlos, sino dar a conocer a quienes me leen las posibles reacciones que pueden encontrar en su vida diaria al tomar una decisión como la mía. A cada pregunta respondí sin problemas, y sinceramente no me hicieron mucho ruido, porque no tenía ninguna duda en mi mente sobre lo que había decidido.
2.- Cocinar para una familia carnívora: Es difícil hacer algo con lo que no estoy de acuerdo, porque la verdad es que, por muy en contra que esté de comer carne, no puedo obligar a mi familia a hacer lo mismo, esta es una decisión propia, personal e intransferible, y del mismo modo en que yo tengo razones para no comer carne, mi familia tiene sus razones para hacerlo. Así que diariamente debo cocinar un pedazo de animal para Dante, e incluso dárselo Vicky en sus comidas, porque aun no logré definir si ella quedaría o no involucrada en mi nuevo estilo de vida. Del mismo modo tuve que hacer milanesas para toda mi familia hace unos días, cuando vinieron a casa a ver uno de los partidos del mundial, y ver como todos comían su pollo en mi mesa.
3.- Comer un plato diferente en las reuniones familiares: Esto es como no fumar en una familia de fumadores, en la que todos salen al patio a fumar y una se queda adentro sola como hongo, porque no quiere fumar ni respirar el humo ajeno. Lo hago por convicción, pero algo de exclusión se siente. Excluida, por un lado, y por el otro un poco inadaptada y desubicada también, porque qué tiene de malo, si todos lo hacen?
En fin, la primera reunión familiar fue en casa, para ver un partido de Argentina en el mundial, y me tocó cocinar las milas de pollo.
La segunda fue en casa de la mamá de Dante un domingo, como todos los que estamos en Santiago. Yo no tenía idea lo que iba a cocinar mi suegra y no se por qué, no pregunté con anticipación... quizás imaginando que alguna ensalada dando vueltas iba a encontrar en la mesa. Pero había: una torta primavera de panqueques (tenía jamón), pollo asado con papas y lasagna de pollo. Le hubiera dado a las papas, pero tengo el colesterol demasiado alto para semejante picardía. Así que tuve que pedir perdón por no haber avisado de mi reciente vegetarianismo y por no haber llevado algo que yo pueda comer. Mi suegra hizo todo por evitar que yo me sintiera mal y buscó algo en la heladera que yo pudiera comer, así que almorcé una ensalada de lechuga y tomate (decorada con unas papitas fritas... no pude con la tentación). Después de la comida café y un par de masas, como todos, y a otra cosa sin ningún problema.
La tercera (sí, tenemos muchas reuniones familiares y sobre todo para comer jaja) fue en casa de mi cuñado para comer paella. A mí sinceramente la paella nunca me gustó demasiado, ver tantos bichos muertos dentro de mi plato, con ojos y todo no me hacía ninguna gracia, y casi siempre terminaba comiendo solo el arroz. Le dije a mi cuñada (concuñada en realidad) que no se haga problema, que me iba a comer el arroz, como siempre, pero insistió en prepararme una ensalada que estaba riquísima: arroz, lentejas, granos de choclo, aceitunas y queso.
4.- Qué comer todos los días: Esto puede ser un verdadero problema si pretendo ser la gran vegetariana gourmet, pero como soy consciente de que todo lo nuevo se debe hacer en forma básica, para evitar complicaciones, hasta poder dominarlo, empecé comiendo todos los días milanesas de soja con alguna ensalada: rúcula con queso, lechuga, tomate, o con un puré de zapallo. También comí una especie de guiso de lentejas y arroz con queso, una tarta de acelga, zapallo y ricota... y nada más hasta ahora. De a poquito voy incorporando ingredientes y descubriendo ideas de comidas sin carne. Hay muchas opciones, solo hay que adaptar la cabeza al nuevo estilo de compras, cocina y comida.
Si lo pienso, no fue nada difícil el cambio. Y ahora que todos lo saben, va a ser mucho menos aun.
Alguien en tu familia es vegetariano? Alguna vez te planteaste serlo?
¡Yo sería incapaz de vivir así! Vamos,las verduras me gustan poco pero si encima mi entorno no colaborase creo que me resultaría imposible.
ResponderBorrarY sí! la elección pasa solo por el interior de cada uno. A mí, particularmente, la carne nunca me gustó demasiado, en cambio sí me gustan las verduras. Besos!
Borrarque decision moni!!!! yo seria incapaz de tomar esa decision... una porque no me gustan las verdaduras, como algunas pero muy poco y otra porque amo la carne.. yo tengo que comer 4 o 5 dias de la semana carne,,, espero que sigas adaptandote...
ResponderBorrarGracias Lu! no tienen esperanza los vegetarianos con vos, entonces! jaja. Besos
BorrarVaya decisión!, a mi nunca me ha gustado la carne. Recuerdo que ya desde pequeña mi madre me obligaba a comerla pero era algo que no me gustaba, así que en cuanto no dependí de mi madre, no comí carne, pero no por nada sino porque no me gusta. Me encantan los huevos, el pescado y las verduras, así que no necesito comer carne. No soy para nada vegetariana porque me encanta el jamón, así que no puedo decir que no a un buen bocata de jamón serrano...
ResponderBorrarPara Iris o para ElPapádeIris si que cocino carne, de momento a ellos les gusta...
A mí siempre me pasó eso que cuentas: comía carne por obligación y, una vez que empecé a cocinar yo, la carne de vaca casi no estaba en mis comidas, salvo excepciones, como cuando comíamos parrillada o empanadas. Pero sí comí siempre pollo y pescado. Ahora eliminé todos los tipos de carne, es decir, eliminé cualquier alimento que antes haya sido parte de un animal. Me dió repugnancia... simplemente eso. Un abrazo, gracias por comentar!
BorrarYo tampoco podría dejar de comer carne... Ahora también he debido dejar los huevos y ya me cuesta demasiado. Me alegra verte tan decidida y convencida de tu decisión. Buscando un poquito y con imaginación encontraras recetas muy apetecibles, un beso!
ResponderBorrarGracias!! seguro que sí encontraré muchas recetas, solo que primero me quería hacer la rutina para luego empezar a innovar. Un abrazo!
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